Todos quieren quedarse con una parte de tu dinero: los comercios, las instituciones financieras y hasta los estafadores. Así es como funciona el sistema y no neTodos quieren quedarse con una parte de tu dinero: los comercios, las instituciones financieras y hasta los estafadores. Así es como funciona el sistema y no ne

Todos quieren una parte de tu dinero (Parte 2 de 2)

Todos quieren quedarse con una parte de tu dinero: los comercios, las instituciones financieras y hasta los estafadores. Así es como funciona el sistema y no necesariamente está mal, ya que tú necesitas los productos y servicios que otros ofrecen.

Ellos te van a tentar. A veces son cosas que necesitas o que tienen sentido: la mayoría de las veces no. Aprender a decidir es esencial.

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Además, una parte de lo que ganas debe ser para ti, porque es la única forma de que pueda construir patrimonio y un futuro para cuando ya no puedas o no quieras trabajar.

En la primera parte mencioné de una herramienta que te ayuda mucho a mantener tu dinero bajo control: el plan de gastos. Pero no es la única.

Antes de seguir, quiero hablar del papel de las deudas. Endeudarte es gastar dinero que todavía no has ganado. Eso significa que cuando ese ingreso llegue, parte de él ya no es para ti sino para pagar lo que ya compraste desde antes (aunque sea “sin intereses”). Entonces tendrás cada vez menos para ti.

Por eso, aunque el crédito es una herramienta que puede ser útil en ciertos casos (por ejemplo, para comprar una casa o para crecer tu negocio), si decides usarla debes manejarla con extremo cuidado. Entender no sólo las condiciones financieras del préstamo sino cómo lo vas a pagar aún si las cosas no salen como pensabas.

En otras palabras: educación financiera, que te permita precisamente comprender los productos que te ofrecen y qué es lo que de verdad te conviene. No sabes cuántas veces me ha tocado dar coaching en finanzas personales a personas que contrataron planes de retiro sin entender que simplemente les proyectaron la inflación y que su ganancia real es cercana a cero.

Imagina que te digo: tú me das un millón de pesos y si la inflación es 4% anual, en 20 años yo te regresaré más del doble de lo que aportaste: 2 millones 200 mil pesos. Parece atractivo, pero en realidad, ese dinero tendrá el mismo poder adquisitivo que el millón de pesos que me estás dando hoy. Es decir, no creció en términos reales.

Tienes la ilusión de que vas a recibir más, pero ajustado a la inflación, estás recibiendo casi lo mismo que aportaste.

Es importante que desarrolles la capacidad de entender y analizar distintos productos financieros, tanto de inversión como de crédito. ¿Cuánto te cuesta realmente tu hipoteca? ¿Cuánto vas a pagar de intereses en los próximos 15 años? ¿Qué efecto tiene un pago anticipado y cuánto te vas a ahorrar de intereses? La gente no se cree que si en los primeros meses de un crédito hipotecario a 20 años hacen un pago adicional pequeño (digamos cinco mil pesos), se pueden ahorrar más de un año de deuda y decenas de miles de pesos en intereses. Porque ni siquiera han visto su tabla de amortización.

La tercera herramienta es aprender a protegerte de los fraudes. Todos los días recibo llamadas telefónicas, mensajes por WhatsApp ofreciéndome empleos con una remuneración atractiva y correos electrónicos diciendo que me llegó una factura o que mi cuenta está bloqueada.

A algunos de mis amigos les han hackeado sus cuentas de Facebook o de WhatsApp de manera muy sencilla. Muchísima gente tiene contraseñas inseguras (fáciles de recordar) y utiliza la misma en diferentes servicios.

Muchos de estos intentos de robo de datos y fraudes se han sofisticado mucho. Aprender a protegerte es esencial.

Como mencioné en la primera parte, la forma más fácil es nunca hacer click en ninguna liga que te llegue. Siempre ir directo al sitio web de la empresa o institución financiera en cuestión. Nunca tomar llamadas y no dar información personal.

Claro: en todo hay excepciones. Si yo me acabo de dar de alta en un servicio en línea y me llega inmediatamente un correo electrónico con un enlace para confirmar mi dirección, ahí sí es seguro hacer click porque es parte del proceso que yo inicié. Si estoy haciendo una compra en línea y me llega un SMS del banco para confirmar esa operación, es algo solicitado.

El problema es cuando NO es solicitado. Muchos mensajes son simplemente ligas que instalan malware en tu dispositivo (programas maliciosos que sirven para robar tu información y contraseñas, entre otras cosas). Otros te llevan a páginas fraudulentas para que pongas ahí tus claves y otra información que sirve para identificarte, como fecha de nacimiento. Y así puedan ingresar y vaciar tus cuentas.

Siempre utiliza contraseñas únicas, largas y distintas para cada servicio en línea. Para ello, un buen gestor de contraseñas, encriptado, es una herramienta esencial.

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